Y UN DÍA LIOREN Y ALAN DIERON EL ¡SÍ QUIERO!

Lioren y Alan se conocieron desde siempre y crecieron en ámbitos en común. Por ejemplo, la Escuela de La Misión Salesiana marcó en ambos su adolescencia, aunque fue un espacio que compartieron poco tiempo. Sus familias eran y son muy amigas, pero fue recién a los 15 años de ella y a los 22 de él que arrancó el amor.

Sucedió mágicamente un verano, al coincidir en nuestra extensa Ruta 3, donde se reencontraron en un parador las familias. Se vieron y ellos, flechados, quedaron en verse pues Alan volvía con su familia a la Isla, mudándose ya a trabajar, y ella salía de vacaciones con su familia.

“De regreso en Río Grande, las visitas de Alan a Lioren no se hicieron esperar y el destino y el amor hicieron el resto. Ambos son el orgullo que cualquier padre y madre quieren y bendigo sus vidas para que Dios los guíe siempre en el amor y la unión», le dice a La Vidriera Fueguina Marité Gómez, mamá de Lioren.

El caso es que, ya los dos en la ciudad se pusieron de novios un 28 de octubre. Catorce años más tarde y con una hijita de 4 años, Bianca Capristo, el mismo día –el 28 de octubre pasado- sellaron su alianza ante Dios y la Ley.

Sus padres, Néstor Capristo y Mabel Augusto; Néstor Arellano y Marité Gómez.  Ayelén, Candela y Milagros Arellano, hermanas de la novia. Darío y Franco Capristo, hermanos del novio. Los abuelos Beatriz Barco y Timoteo Gómez son el regalo más grande que la vida le dio a Lioren porque fue un sueño cumplido disfrutar esta celebración con ellos, con 89 años. Es que fueron ellos quienes la cuidaron con mucho amor desde sus dos añitos, acá en esta Isla querida. Todos asistieron a la cita en que la pareja formalizó su amor como Dios y la ley mandan.

Lioren y Alan estuvieron acompañados también de sus testigos: Pamela, mejor amiga de ella y David, mejor amigo de él.

Por otra parte, Jorge Gómez Barco, tío y padrino de Lioren, quien ha sido muy importante en su vida como sobrina y ahijada, una especie de guía además de su médico de cabecera, fue el conductor del “carruaje” que llevó a la pareja a dar el “sí queremos”.

Para Marité, mamá de la novia, “la hermosa celebración de esta unión fue un bálsamo al alma. Verlos tan plenos y felices fue un regalo de la vida. Gracias hijos y gracias a la vida por este privilegio de tenerlos. Son buenos hijos, fueron buenos estudiantes, pero por sobre todo son buenas personas”.

La ceremonia religiosa, oficiada por diácono Alberto Garro, tuvo lugar en la Capilla Nuestra Señora de la Candelaria, de la Misión Salesiana, donde estudiaron ambos. Fueron padrino y madrina Néstor Arellano, papá de la novia, y Mabel Augusto, mamá del novio. En tanto, el acto civil, a cargo de la funcionaria del Registro Civil Yanina Novillo, se hizo en el salón auditorio del Grande Hotel, donde también se llevó a cabo la fiesta de la boda.

Fue una noche especial. Única y soñada. Donde el amor de dos personas muy queridas de nuestra comunidad fue y es protagonista en sus vidas y en la de sus hermosas familias y seres queridos.

Saludamos desde La Vidriera Fueguina a Lioren y Alan y les deseamos lo mejor en sus vidas hoy y siempre.

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