Guillermo Andrés Savoy (“creo que soy de la rama de los del Hotel Savoy”, dice ni bien empezó a hablar con 94Veinte Magazine) montó una cervecería artesanal sobre Prefectura Naval frente a la Escuela 21. Detrás de la imagen de “Cervecería Tradicional As de Picas” se ven los barriles, las ollas, los envases con la marca, todo muy bien dispuesto y perfectamente ubicado.

“Empecé a hacer cerveza a través de un amigo en 2018 pero al poco tiempo disolví la sociedad y seguí trabajando en otras cosas, aunque siempre con la idea en la cabeza de dedicarme a esto, además de contar con los materiales necesarios como barriles, fermentadores, cámaras de frío y muchos instrumentos más”, contó junto a la pequeña barra del local.

Dijo que todo se dio cuando “mi compañera –Jésica Delfor- cobró un dinero de un juicio y lo invertimos en las ollas y muchos insumos para empezar a probar y producir, buscando qué estilo de cerveza íbamos a hacer porque, más allá de que pueda ser una moda, hacer cerveza es un estilo de vida; es un viaje de ida”.

Argumentó que, en parte, “la cervecería artesanal se está implementando como un tema social y creo que en el futuro va a explotar como emprendimiento en el resto del país, porque por ahora la actividad adquirió importancia en la Patagonia especialmente, aunque hay actividad en lugares como Mendoza, Córdoba y Mar del Plata”.

“No va a pasar que la cerveza artesanal compita con la industrial: Estados Unidos, que es la madre de la cervecería artesanal, es la cuna de los homebrew (cerveceros caseros). Allí están los mejores cocineros que van trabajando con lúpulos cada vez mejores y técnicas nuevas. Bueno, ellos, siendo los padres de la cerveza artesanal, producen el 14 por ciento de la cerveza que se consume en Estados Unidos”, sentenció.
Guillermo dijo también que se trata de “un negocio muy viable, pero ocupamos un pequeño espacio”, y recordó que “al principio la cerveza artesanal era muy fuerte, contundente, con mucho cuerpo y aroma, con graduaciones alcohólicas muy altas, y eso no gustó tanto, pero hoy se están incorporando estilos de la cerveza industrial y entonces es más liviana o ligera para que se consuma más”.

Contra todos los pronósticos, Guillermo dijo que no hay una receta única a partir de la cual todos hacen cerveza “sino que justamente ahí está la artesanía porque depende cómo se cocine y en qué tipo de ollas”. “Yo uso una receta tradicional por eso llamo a mi cerveza ‘As de Picas cerveza tradicional’, y una vez por mes me doy el gusto de cambiar algún ingrediente para incorporar otro o implementar algo que leí”.
“Ahora –añadió- estoy haciendo un estilo clásico, por ejemplo, dentro de las cervezas rubias, la Pilsen, que es un estilo checo, y la Golden Ale, que es un estilo británico; después hago rojas como Scotish o la Lodon, y la dorada pampeana, que es una receta argentina, y también Apa e Ipa, que son cervezas lupulares”.

Para terminar, estimó que “actualmente debe haber 40 cerveceros artesanales en la ciudad” y que él, en este momento, está en una producción “de 500 o 600 litros semanales”.
Además, confirmó que “nos ayudamos mucho entre colegas. Incluso a veces con algunos cocinamos juntos, compartimos insumos o nos prestamos cuando alguno se queda sin algo o nos mandamos clientes”.

¿Por qué el nombre?, le preguntamos. “Se llama As de Picas porque el as en la manga, como se dice, es una carta ganadora y porque una vez estaba comiendo una manzana marca Tres Ases, y noté que estaban el as de corazón, el de diamante y el de trébol, faltaba el de picas, así que fue una señal”.
“Lo que más me gusta de mi cerveza es el amargor balanceado que tiene”, afirmó al final, como para dejar una puerta abierta a quien quiera probarla…
