Comenzó de chico con la tradición desde la localidad de Devoto, Córdoba. Zona poblada mayormente por inmigrantes piamonteses, que trajeron consigo las recetas que se fueron dispersando.  La mayoría de esos gringos ponen en práctica esos procedimientos y juegan a ver quién hace el mejor salame o chorizo seco, como también se lo llama comúnmente. Creció entre cosas simples, si se quiere. Pero en otros lugares esas cosas simples no lo son.

Alejandro Rinaldi es cordobés de Devoto, una zona agropecuaria ubicada a 200 Km de Córdoba capital. Tiene 31 años y es bombero voluntario hace 16. Actualmente forma parte del cuartel 2 de Abril de Ushuaia. “Mi profesión siempre fue la electricidad, pero un día decidí cambiar de rumbo”, dijo.

“En 2016, cuando llegué a Ushuaia, tuve la idea de hacer salames, pero por una cosa u otra quedó postergada. Con la pandemia decidí profundizar mis conocimientos, ya que hasta ahora solo tenía la experiencia de ver y ayudar en las famosas carneadas que tradicionalmente se hacen hasta dos veces por invierno. Es un trabajo muy duro y largo, ya que suelen durar hasta tres días, donde se faena el cerdo y la vaca, y toda ayuda siempre viene bien. Con esa información ya en las manos, comencé con la capacitación, tanto en la elaboración, como en la utilización de los productos, sus composiciones, recetas, etc”, contó.

En un espacio limitado, Alejandro empezó con su emprendimiento haciendo salames, chorizos parrilleros, bondiolas y carrés de cerdo. “Ponemos a secar en un secadero todo lo elaborado ya que el sacado es el punto más importante del proceso”, explicó. Señaló que “siguiendo con los chorizos de cerdo, cerdo y vaca, y mixto con verduras, así como los cortes de bondiola y carré de cerdo están hechos con un método de equilibrio que impide que queden salados”.

También comentó que “las carnes que se usan son compradas en las carnicerías más conocidas de Ushuaia, y en supermercados.  Los costos son altos porque los cortres vacunos que usamos son los magros: pulpa, cuadrada, nalga, etc y del cerdo la paleta o el jamón entero. Pero bueno, la calidad es lo primero”. “La carne fueguina tiene un toque diferente a la del resto del país, con mi poca experiencia en el tema, se nota y es súper interesante lo que pasa porque mucha gente del norte del país me escribe pidiendo envíos por correo. Estas cosas son las que más me entusiasman”, afirmó.

“Sigo una tradición de origen italiano y al haber tenido la suerte de conocer esa provincia al norte de Italia que es Piamonte, donde es costumbre ponerle nombre a las cosas cuando se hacen en casa, puse en práctica esa idea y el nombre del proyecto, del emprendimiento, es ‘Fatto in Casa’. Luego, con ese toque fueguino que es el árbol bandera salió el logo o marca de este producto, que es de consumo familiar y entre amigos, hasta lograr el toque o la magia que tiene”, dijo Alejandro. Y remató: “la elaboración de estos productos en la Isla es muy poca pero hay personas que lo hace. Y esta bueno comenzar con semejante desafío”.

En las redes sociales puede encontrarse en Instagram como Charcutería Fatto In Casa, donde hay mucha info e imágenes.

Fuente: Revista 94Veinte Magazine.