En una comunicación con Mercedes Cárdenas, la montañista de Ushuaia que a las 0 del año nuevo se planteó como meta llegar al pico más alto de América, el Cerro Aconcagua, en Mendoza, expresó a Diario Prensa Libre que se siente «muy feliz».

“Ahora estoy descansando en la ciudad de Mendoza por una semanita más, reponiéndome porque me siento literalmente molida, me duelen hasta los dedos de los pies…” señaló, luego de haber logrado ascender los 6.962 metros de altura del Cerro Aconcagua, el 23 de enero último.

En contactos anteriores, Mercedes se había manifestado esperanzada en que las condiciones climáticas la acompañarán para poder coronar a la gran montaña, lo que ocurrió finalmente, produciéndose la llegada al punto más alto en un día diáfano.

Consultada acerca de lo que sintió a una altura en la que pocos pueden siquiera respirar, sostuvo que “realmente fue durísimo pero valió la pena. Fue una tremenda experiencia la que pude vivir y me siento feliz”.

El recorrido comenzó al ingresar al parque provincial Aconcagua, ubicado en el departamento de Las Heras, al noroeste de la provincia de Mendoza. Luego, junto al resto de los integrantes de la expedición, Mercedes ascendió primero hasta el campamento Confluencia, a 3.368 metros de altura y a Plaza de Mulas, a 4.300 m, días después. Posteriormente arribaría a los puestos Canadá o Nido de Cóndores y Cólera, que están sobre los 5 mil metros de altura.

La altitud significa un gran desafío para el cuerpo y la psiquis de los escaladores, ya que impacta de modos diferentes según el organismo y la fortaleza mental de quienes se atrevan a ir tan alto.

Los andinistas pueden experimentar desde problemas estomacales, insomnio, dificultad para respirar hasta convulsiones y, en algunos casos, deben descender forzosamente como única manera de salir de la descompensación.

Mercedes logró escalar dos veces los 1.326 metros de altura del Monte Olivia, en Ushuaia; los 3.776 del volcán Lanín, en Neuquén; los 5.424 del cerro Plomo, próximo a Santiago de Chile, además de los 6.016 m del Volcán San Francisco y los 6.621 del volcán Incahuasi, ambos en Catamarca; entre otras altas cúspides. Ahora, sumó otra gloria a su carrera: la de llegar hasta lo alto del objetivo de cualquier montañista que se precie de tal: el mítico Aconcagua.

 

Fuente: Diario Prensa.