Durante julio pasado Chequeado.com publicó un informe sobre la pesca ilegal en nuestro mar a partir de videos que se dieron a conocer en redes sociales sobre la presencia de buques pesqueros extranjeros en el límite del Mar Argentino.

Según el informe, las imágenes procedían de un vuelo organizado por el piloto y activista Enrique Piñeyro, quien -conforme explicó en una charla online en la que participó Chequeado– “buscó mostrar lo que él veía al volar”.

La presencia de los buques se reflejaba en las imágenes a través de sus luces, que captaron la atención de los periodistas invitados por Piñeyro al vuelo y, posteriormente, de las audiencias de diversos medios.

Los expertos consultados sostienen que, más allá de “la espectacularidad de las luces”, lo importante es profundizar en la problemática histórica que evidencian: la pesca ilegal en el Mar Argentino. Y subrayan la necesidad de avanzar en las acciones necesarias de respuesta, que no se limitan exclusivamente a tener una política nacional.

La Ley 23.968 de Espacios Marítimos define que la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de la Argentina se extiende, más allá del límite exterior del mar territorial, hasta una distancia de 200 millas marinas a partir de las líneas de base establecidas. Sobre ese espacio –conforme se describe en la iniciativa nacional Pampa Azul, conformada por funcionarios de varios ministerios– es que el país ejerce soberanía con derechos de exploración, explotación, conservación y administración sobre los recursos vivos y no vivos. 

“Están alambrando”, así se denomina en la jerga a los buques extranjeros que esperan en la milla 201, o incluso sobre el límite. “No es que hay toda una flota entera pescando dentro del Mar Argentino”, explicó a Chequeado Milko Schvartzman, especialista en conservación marina y parte del equipo del Círculo de Políticas Ambientales, y argumentó: “los buques extranjeros también tienen radares y están mirando si se acerca un barco de Prefectura Naval. Cuando saben que no hay vigilancia próxima, aprovechan para ingresar, porque el recurso es más abundante adentro del Mar Argentino”.

Schvartzman realizó un conteo propio de la cantidad de buques extranjeros que se encuentran al acecho. Contabilizó 460 barcos. Al estimar que un 20% de los barcos apagan el Sistema de Identificación Automática (AIS) -que, a través de ondas de radio, transmite la posición del barco, y cuyo encendido es obligatorio- para no ser identificados, esa cifra ascendería a 550. La gran mayoría de esos barcos son poteros.

La Cámara de Armadores de Poteros Argentinos (CAPA) describe a los buques poteros como barcos que utilizan artes de pesca selectivas y que pescan normalmente de noche. Los cardúmenes son concentrados durante la noche a través de la iluminación procedente de fuertes lámparas en cubierta. “Esos son los de las luces”, resaltó Schvartzman sobre los videos que circulan en Twitter.

Pero las luces que se suelen observar en este tipo de vuelos no corresponden únicamente a flota extranjera. En el límite, pero dentro del Mar Argentino, también se encuentran los buques locales. Según los Informes de Cadena de Valor del Ministerio de Hacienda de la Nación a junio de 2019, los moluscos representaron el 13% de las capturas nacionales, con una participación relativa del calamar Illex equivalente al 16%.

Luego del langostino y la merluza Hubbsi, el calamar Illex es el tercer mayor producto exportado por la Argentina, siendo sus principales mercados de destino España, China y Tailandia. De allí, tal como sostuvo Schvartzman, la competencia negativa en términos económicos que supone toda pesca ilegal de esa especie en Mar Argentino.

Mientras los barcos extranjeros se encuentran más allá de la milla 200, el país no puede hacer nada al respecto. Cuando cruzan el límite e ingresan al Mar Argentino, ahí es cuando se considera la ilegalidad de su pesca.

Así lo explica Andrés Nápoli, abogado y director ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN)“si el barco está en la 201 no corresponde que la Argentina lo evalúe como en situación de ilegalidad, porque nadie le puede otorgar un permiso de pesca a la milla 201. A nivel internacional, tampoco hay ninguna sanción porque no es posible saber cuál es su intención. Ellos pueden dar múltiples excusas: que el barco derivó, que el viento lo arrastró más allá de lo previsto, que se hizo una mala maniobra”.  

Cuando un barco extranjero, sin permiso alguno, ingresa en superficie marítima argentina y es identificado por la Prefectura Naval Argentina, se procede con el protocolo: se lo detiene, se inicia una inspección a bordo y se realiza la captura en bodega. Schvartzman explicó que, en caso de resistencia y previa autorización de Cancillería, se procede a disparar, primero al agua. “Si ellos salen de la milla 200, no podés hacer uso de la fuerza”, subrayó. 

Según datos oficiales, desde 1986 a 2020 Prefectura capturó 80 buques, 15 de ellos de bandera de Corea del Sur, 12 de China, 11 de Taiwán y 11 de España. Dos de estos 4 países (China y España) son los principales destinos de las exportaciones de pesca argentinas.

¿Qué sanción le cabe a un buque que pesca ilegalmente en mar local? Una sanción sólo de carácter administrativo: una multa de dinero, que va de los 500 mil litros a los 3 millones de litros de gasoil, de acuerdo con la gravedad del delito, con un piso de $ 25 millones y un techo de $ 150 millones. “Estamos promoviendo la reforma del Código Penal para la incorporación de la pesca ilegal como un delito. Con eso, se tendría la posibilidad de procesarlos penalmente”, contó Nápoli.  

El Círculo de Políticas Ambientales también propone una serie de aportes al debate sobre sanciones a la pesca ilegal. Por un lado, el impacto ambiental: las flotas extranjeras no cumplen con controles ambientales, no respetan temporadas de reproducción, tamaños ni estado biológico de las especies, y vierten al mar toneladas de residuos. 

“El daño ambiental no distingue millas. Lo que pasa en la 201 incidirá en el Mar Argentino. Jurídicamente no se le puede decir ilegal allí, pero ambientalmente es una pesca altamente destructiva”, sostuvo Schvartzman.

Pesca ilegal como delito. Nuevo acuerdo internacional. Quita de subsidios. Son las acciones esbozadas como necesarias para intentar dar una solución a la problemática histórica en el Atlántico Sur. Pero Nápoli es cauteloso: “Ninguna fórmula sola lleva al éxito. Se necesita de la pesca ilegal como delito penal, luego la fuerza para hacerlo cumplir con el patrullaje requerido y todo ello complementado con un acuerdo internacional”.

Fuente: 94Veinte Magazine.