Con la misma facilidad con la que te saluda detrás de una sonrisa tan espontánea como contagiosa, Agostina Brussino empuña su guitarra y paraliza todos los silencios para que su voz vuele por el aire en forma de canción.

Son canciones que le gustan a ella, básicamente, pero que tienen la particularidad de ser temas de esos “que a todos nos gustan”. Nadie diría, al escucharla, que todo empezó cuando era apenas una niña, tímidamente, sólo acompañada por un guitarra.

“Mi primer acercamiento a la música fue a los 9 años, cuando mi vieja me manda a tomar clases de guitarra. Ahí empecé a cantar”, recordó Agostina en diálogo con La Vidriera Fueguina.

Sin embargo, contra lo que cualquiera podría imaginar, confiesa que “siempre tuve mucho pudor de que me escucharan, así que en casa me escondía detrás de la mesa y entre las sillas a ensayar”.

Así fue creciendo, tocando y cantando de a ratos y en casa hasta que “a los 14, mi profesor me invitó a formar parte de un coro municipal en donde interpretábamos canciones de rock nacional como Tema de Pototo, Noche de Perros, Rasguña las piedras y otras donde yo sólo tocaba la guitarra porque aún no me animaba a que me escuchen”, dijo.

Agos terminó la escuela y en 2009 se mudó a la ciudad de Córdoba a iniciar sus estudios universitarios y a desandar un camino del que tenía algunas certezas porque “mi principal objetivo era formar una banda y comenzar a cantar en bares de la ciudad”.

No empezó con un grupo, pero fue un inicio: “mi primer show fue en 2010 junto a un amigo músico. Nos fue muy bien y de ahí en adelante fueron surgiendo acústicos en distintos lugares”.

Al final todo llega, como suele suceder y logró “conformar una banda en donde pude dejar a un lado la guitarra y concentrarme en cantar, y así llegamos a grabar un demo de covers”.

Todo iba bien, pero “en 2014 decidí mudarme a Río Grande, y luego de un año, me invitaron a formar parte de una banda que buscaba cantante”.

Pero el intento duró poco porque en unos meses la banda se disolvió y fue entonces cuando volvió al ruedo de los acústicos. Dueña de una voz distinta, es capaz de arrastrar palabras en ese puente ronco que le da fuerza a la letra o de dejar colgado en tono dulce una palabra hasta que el sonido se apague…

“Me dedico a interpretar canciones en inglés, principalmente, y en castellano” nos contó en cuanto a sus gustos, al tiempo que agregó que prefiere “la música de Los Beatles, Adele, Sam Smith, Bruno Mars, Soda Stereo, Divididos, etc”.

“Cantar para mí siempre fue un hobbie, que me llena de alegría cuando por fin me gusta alguna de mis interpretaciones. Y que me escuchen cantar y recibir la calidez del público, es un momento extremadamente reconfortante”.

Esa última frase sonó como el último acorde de un tema, al que le siguen los aplausos, y luego de los cuales sus labios dibujan esa sonrisa que contagia y que se multiplica en el aire anunciando cosas buenas y la próxima canción…

Nota: en la portada de la página hay un video de Agostina para disfrutar.